Y es que después de tanto buscarla, todos debemos regocijarnos porque ZP tenga su silla en Washington y pueda codearse con los líderes de la cumbre del G20. Pero que verguenza por Dios, nuestro presidente se ha arrastrado por medio planeta "mendicando" (Blanco dixiT) un hueco en la cumbre y todavía está orgulloso de lo que ha hecho. Ha convertido España en el hazmereír internacional y aquí no pasa nada.
Que España debería estar en semejantes saraos si nos atenemos a las cifras, por supuesto, eso no lo niega ni el más tonto. Pero de ahí a creerse con derecho a estar en la fiesta de uno al que no has parado de darle patadas en la canilla, pues no sé yo. Todos los presidentes anteriores se curraron, cada uno a su manera, la política internacional. Ganarse el derecho a estar en las cumbres y jolgorios trasnacionales de toda índonle no es algo que se herede, hay que pelearlo día a día, cosa que ZP no ha hecho. Más bien lo contrario. Se ha burlado de la mitad de los que cortan el bacalao a nivel mundial (EE.UU., Francia, Italia); ha menospreciado precisamente este tipo de reuniones; ha hecho gestos poco amigables al anfitrión de la reunión del próximo 20 de noviembre; se ha trabajado más la amistad de dictadores y protorevolucionarios, que de los gobernantes occidentales... y todavía el memo que tenemos de presidente, porque no se le puede llamar otra cosa, se preguntaba cómo no invitaban a España a la cumbre. Pero vamos por favor, mira que hay que ser lelo.
Si el cartel conmemorativo que le han hecho para la cumbre ya lo dice todo.
martes, 11 de noviembre de 2008
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1 comentario:
Pues este presunto demócrata se dedica a lo mismo que Garzón... gastarse el dinero público en otros menesteres propios.
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