Así es como veo ya la última garzonada. Este juez, en vez de trabajar y cumplir con su deber, se dedica a perseguir "lo que le da la gana", tal y como parece que le espetó a un matrimonio en una céntrica calle madrileña. Impresentable. Primero, porque el juez debería aguantar la crítica como funcionario público que es, y segundo, porque él solito se ha convertido en un personaje público, por lo tanto, está sujeto a la crítica del público. Y eso de que hace lo que le da la gana es verdad, pero habría que recordarle que todos los españolitos le pagamos el sueldo, y a sus amenazantes escoltas, para que haga lo que se le encomienda en su trabajo, no para que haga lo que le da la gana. Ni que el juzgado fuera suyo, vamos digo yo.
Pero lo que realmente me indigna no es su actitud chulesca y amenazadora, si no la propia decisión de criminalizar al franquismo. Al franquismo, tal y como dijo ZP (quién me iba a decir que estaría de acuerdo alguna vez con este individuo) le ha juzgado la historia. Esa etapa de la vida española afortunadamente se decidió cerrar, no para olvidar, sino para avanzar. Entiendo perfectamente que las familias de víctimas del franquismo o, simplemente, de la Guerra Civil, quieran recuperar a sus familiares, saber dónde están, darles el enterramiento que quieren... Es lógico y normal, y desde la Administración del Estado se debería gestionar este tema. Pero esa recuperación de la memoria histórica, llamémosla así si quieren, no tiene nada que ver con iniciar un proceso penal contra un régimen pasado. Esto parece más una venganza para resarcirse del pasado que otra cosa. ZP no quiere apoyarlo abiertamente y la fiscalía intenta pararle los pies a Garzón, pero claro, yo le diría a nuestros gobernantes aquello de quien siembra vientos, recoge tempestades.
Si lo que realmente se quería, tanto desde el Gobierno, como Garzón, asociaciones, partidos o quien sea, es recuperar las víctimas desaparecidas es muy sencillo: se ponen los medios para ello y punto. No soy un experto, pero lo más práctico hubiera sido crear una oficina nacional, con delegaciones en cada CC.AA. que tramitaran todas las solicitudes de las familias interesadas. Esta oficina debería estar dotada de un presupusto que les permitiese investigar, localizar, realizar los trámites administrativos necesarios y proceder a desenterrar los cadáveres para entregarlos a sus familiares. Por supuesto, algo imprescindible sería que hubiera un juez adscrito a esta oficina. Y con esta operativa, se podría, de verdad, recuperar las víctimas de aquellos que quieren que sean recuperados claro. Porque tampoco hay que olvidar que hay familiares que no quieren hurgar en el pasado, y eso también se debe respetar (a ver si se entera señor Garzón).
Pero lo que se quiere, mucho me temo yo, no es recuperar nada, sino conseguir una victoria. Aunque más que una victoria, sería un revanchismo absurdo que no conduce a nada. Para unos, Franco seguirá siendo un criminal (con juicio o sin el) y para otros seguriá siendo un héroe. Y no será hasta que pasen algunas cuantas generaciones; el franquismo se vea desde la distancia y la política no pueda ya contaminar la historia, cuando los españoles verán esa triste etapa de la historia como ven la de Fernando VII, la de Al Andalus o la de la Hispania Romana.
¿Alguien se imagina que un alto tribunal mexicano quisiera juzgar a Colón, los Reyes Católicos, los hermanos Pinzón, etc., etc., por delitos de lesa humanidad contra los pueblos indígenas en toda Latinoamérica? A que suena ridículo.
miércoles, 22 de octubre de 2008
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