El susto de ING todavía está trayendo cola, gracias a que en España hay muchos pequeños ahorradores inquietos con la situación. Y es para estarlo, pero tampoco debemos dramatizar. El caso de ING es digno de estudio porque pasó de prestar dinero a todo el mundo al comienzo de la crisis financiera, a necesitar dinero para garantizar su liquidez a medio plazo. Ahora mismo no hay que alertarse (ahorradores tranquilos), porque el préstamo del estado Holandés garantiza su continuidad. ¿Sin sobresaltos? Pues quién sabe, pero lo que sí es seguro es que el gobierno holandés no dejará a su suerte al banco, como ya hizo con Fortis Bank, y lo intervendrá si fuera menester, garantizando con ello su funcionamiento, liquidez y fondos. Una hipotética intervención bancaria que me agrada bien poco, pero he de reconocer que es la mejor forma de mantener a la gente tranquila y que no cunda el pánico. Cuando esta misma situación se de en España, miedo me da pensar qué pasará.
Por otra parte, el caso de ING también es digno de estudio porque es la primera y única entidad que decide de motu propio que sus directivos no cobren bonus y no haya reparto de dividendos entre los accionistas. ¡Increíble! claros signos de honradez, moralidad y buena praxis en el sector financiero. ¡Joder! con la que está cayendo a estos tíos habría que proponerles como beatos, como mínimo. Y es que hay que tener en cuenta, que lo que han pedido es un préstamo a su gobierno. A diferencia de las entidades de medio mundo, ING no ha sido ni nacionalizada, eso sí, le meten dos consejeros con derecho de veto, por si las moscas. Que nunca se sabe con plena certeza como amanecerá mañana, pero por ahora, parece que no habrá novedades.
miércoles, 22 de octubre de 2008
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