Canarias nacionalista

Hace un par de años le comentaba a mi mujer que, en unos diez años, Canarias estaría como el País Vasco o Cataluña. Y no en cuanto a renta per cápita, PIB o índice de creación de empresas, por ejemplo, sino a estupidez.



¡Qué exagerado eres José! Eso me dijo mi señora, pero en estas vacaciones navideñas he visto ya un claro síntoma de que mi predicción se va cumpliendo, triste y estúpidamente. El caso es que el sentimiento nacionalista se expande como una mancha de aceite, lentamente, pero de manera tan densa que será tan difícil de eliminar (si alguien lo pretende), como lo es hoy día en el norte de España.

Cuando se me consideró exagerado partía de un gobierno canario controlado por Coalición Canaria, partido considerado por los demás como regionalista o nacionalista moderado. A pesar de que este partido es una auténtica jaula de grillos, con multitud de tendencias y, sobre todo, jetas que no han dado un palo al agua en su vida, siguen en el gobierno actual de Canarias, apoyados por el PP canario, con no menos jetas e inútiles que en CC.

Como decía, por aquel entonces el gobierno de CC difundió un mensaje navideño cargado de simbología, apreciada por los canarios, aparentemente inocuo, pero con un germen muy malicioso. El mensaje difundido por las teles y radios del archipiélago era una cancioncita navideña que llamaba a la unidad de todas las islas, "siete islas, un solo pueblo....". Nada de amor, fraternidad, niños o cualquier otra cosa típica de las fechas navideñas. No, las ideas del mensaje, agradable y tranquilo, eso sí, eran pueblo, unidad, Canarias. Aquello me recordó a lo de Dios, patria, rey del Carlismo, o una, grande y libre del Franquismo. Este mensaje, unido a algunos acontecimientos de la política canaria, como el intento de introducir una ley que limitara la residencia canaria a los peninsulares o incluir el término de "godos" en el estatuto canario, en referencia a los peninsulares, me parecían nítidas características del derrotero por el que iba la política canaria. Y por ende, su sociedad.

Unos años después, también en Navidad, y con CC en el mismo gobierno, me encuentro que en la tele canaria, la autonómica, se cita en un informativo a José Luis Rodríguez Zapatero como Presidente del Gobierno estatal. Ni del Gobierno a secas, ni de España, ni de la nación, sino estatal. Ya podía ser del estado Mongol o del Francés. Esto se podría achacar a la incompetencia de los zotes que trabajan en dicha cadena y los que la dirigen, pero después de un ratito viendo el informativo te dabas cuenta de que no era un error, que era más que intencionado, siguiendo la filosofía progrenacionalista de no mencionar España y sustituirla por el Estado, no sea que les vaya a salir un herpes en la boca. En solo unos dos o tres años, la televisión autonómica ya había asumido los postulados del nacionalismo, al igual que en las teles vasca o catalana. Esto se viene a sumar, como ocurriera en el pasado, a algunos acontecimientos en la política canaria que denotan como Canarias se dirige con paso firme hacia una sociedad completamente idiota. Me refiero a hechos como la proposición de convertir Canarias en un estado libre asociado, que aún no siendo ni nueva ni original, sí que lo es que lo diga un alto cargo político y no se vea desautorizado con rotundidad. Ni siquiera por la sociedad civil o sus medios de comunicación, porque todos ven ya con naturalidad lo que hasta hace poco era un soberano disparate. Pero el mayor disparate es seguir permitiendo que el nacionalismo avance en la sociedad, no en su forma política, cada vez más desmembrado y corrupto, sino en el ideológico. Porque este es el caldo de cultivo para resurgir movimientos como el que se creía extinguido con Antonio Cubillo y su terrorista MPAIAC; o la gestación de un partido nacionalista capaz de aglutinar suficiente fuerza como para gobernar al estilo del PNV o CiU. El resultado sería desastroso para Canarias en todos los sentidos. Mejor dicho, ya lo está siendo, pero nadie parece darse cuenta.